Qué lástima que una persona tan buena y tan bienintencionada como Pino Solanas sea un político tan retrógrado y tan víctima de sus propias taras "izquierdistas". Evidentemente recibió una educación basada en el desencanto y la antimasculina costumbre del reproche; tiene una mentalidad de perdedor que avergüenza al género humano. Es, pues, un digno representante de la izquierda.
Pino Solanas fundamenta su campaña política en la ya inservible disyuntiva de "izquierda-derecha", como si acaso el destino de Argentina dependiera de un simple desvarío retórico. ¿No se da cuenta el bueno de Pino que, en rigor, él solo constituye lo mejor que le pudo haber pasado a la mentada "derecha" que tanto demoniza? ¿Acaso ni sospecha que cuanto más "tira" hacia la izquierda más fortalece al supuesto fantasma de la derecha? ¿Existe, acaso, algún izquierdista que lo sea por "propia naturaleza" y no en función de las recriminaciones endilgadas a la derecha?
Pino Solanas fundamenta su campaña política en la ya inservible disyuntiva de "izquierda-derecha", como si acaso el destino de Argentina dependiera de un simple desvarío retórico. ¿No se da cuenta el bueno de Pino que, en rigor, él solo constituye lo mejor que le pudo haber pasado a la mentada "derecha" que tanto demoniza? ¿Acaso ni sospecha que cuanto más "tira" hacia la izquierda más fortalece al supuesto fantasma de la derecha? ¿Existe, acaso, algún izquierdista que lo sea por "propia naturaleza" y no en función de las recriminaciones endilgadas a la derecha?
¡Izquierdistas... menos mal que existe la derecha! Si no, ¿qué harían? ¿De qué hablarían? ¿Contra qué pelearían?
¡Hombre grande... che! Falta que algún día nos enteremos que todavía moja la cama.
Lo aprecio mucho a Pino, sé que ama a mi país de la misma forma que yo. Sus reclamos, en ocasiones, suelen ser genuinos... pero vive dentro de una burbuja infecciosa a diez millones de años luz de la Tierra. Me trae a colación el viejo decir de "los fantasmas no existen, pero que los hay, los hay...". Y sí, los hay, bien dentro de la cabeza de Pino.
¡Hombre grande... che! Falta que algún día nos enteremos que todavía moja la cama.
Lo aprecio mucho a Pino, sé que ama a mi país de la misma forma que yo. Sus reclamos, en ocasiones, suelen ser genuinos... pero vive dentro de una burbuja infecciosa a diez millones de años luz de la Tierra. Me trae a colación el viejo decir de "los fantasmas no existen, pero que los hay, los hay...". Y sí, los hay, bien dentro de la cabeza de Pino.
Mis afirmaciones se pueden entender en profundidad en "El mundo ideal de los mitómanos".
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