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"Pelos de Chancho" (fragmento)

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En adelante, el primer capítulo del cuento, el cual pertenece al libro de cuentos "El Pantalón Camuflado, algunas que otras obsesiones y las cuatro/cinco más disparatadas historias de amor".


LA PEQUEÑA OBSERVABA a su madre mientras ésta se hermoseaba cuidadosamente frente del espejo; sabía que era uno de esos momentos en que no debía interrumpirla por nada en el mundo. Había pasado mucho tiempo desde que la vio haciendo eso por última vez, y al igual que entonces en su interior se formuló el mismo entusiasmo que sentía cuando jugaba con sus muñecas. Aquellas pestañas gruesas y oscurecidas no terminaban de sugerirse raras y novedosas, y cada vez que Valeria cerraba y abría sus párpados era semejante al balanceo de un telón tras el cual ardían las estrellas; el olor de los cosméticos cumplía la misión de un dulce narcótico que nublaba la consciencia de ambas.

Lejos de ellas quedaban la humedad insoportable del verano, el quejido del ventilador, las manchas borrascosas del techo y algún que otro rabioso ladrillo que se insinuaba en la pared descascarada. Aquélla era una casa vieja y algo derruida, en la que había vivido la abuela de Valeria, y donde aún se conservaban los mismos muebles y las mismas indolencias de una época sin mayor inspiración que un plumero diligente y unas cuantas fotos bajo el vidrio de la cómoda. Hubo un momento en que la madre desvió sus ojos de la almohadilla con la que empolvaba apenas sus mejillas, y se encontró con la mirada entretenida de Anahí. Necesitó un par de segundos para volver de las nubes y enterarse que aquélla era su hija.

-Qué... qué pasa- , le dijo, todavía asimilándola en su mente.

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"Definitivamente", con nostalgia y con humor

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Norah Jones nació un 30 de Marzo de 1979, segundos antes de que se estropeara definitivamente la máquina de fabricar mujeres. En adelante el mundo se halló de pronto atiborrado de febriles humanoides cuyos escandalosos períodos menstruales (y demás histerias por el estilo) son los principales responsables climatológicos de hecatombes tales como los terremotos de Haití y Chile.
     Para aquellos nostálgicos como yo, aquí va un poco de esa maravillosa esencia femenina que sintetiza la razón misma por la que el ser humano fue llamado a habitar este mundo.




     El empeño editorialista de las palabras vertidas más arriba me conlleva a la utilización de vocablos ciertamente neutros, todo lo cual acaba por quitarle algo de fuerza al adverbio "definitivamente".
     Entonces, deberé aclarar que la palabra en cuestión viene en realidad a denunciar que la antedicha máquina de fabricar mujeres ya venía funcionando con serias fallas estructurales, ofreciendo resultados satisfactorios de manera muy esporádica (como lo es el referido en el video)... hasta que se terminó destartalando del todo "definitivamente".
     (No se ilusione, pues, la gente que haya nacido antes de 1979).
 
     "Definitivamente" es una palabra muy exhaustiva, aunque demasiado sutil para los momentos en que una línea editorial se propone la difícil tarea de ser específica, sagaz o inapelable.

Triste, muy triste... Pobre Periodismo

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Salvando las distancias, esto es muy parecido a las histéricas discusiones que solían mantener Alberdi y Sarmiento...
     Respeto mucho a Víctor Hugo, pienso exactamente lo mismo que él en cuanto a Clarín... pero tendría que haber desistido de ir a la presentación del libro. Vean este video:




     Claro... el problema es que Víctor Hugo Morales es tan, pero tan buen Periodista y tan buen orador, que incluso cuando arremete con un acto de tan baja naturaleza (como lo es la presunción de arruinarle la presentación del libro a Majul) parece que está realizando una proclama de caballerosidad y cortesía.
     No leí el libro de Majul, pero... obvio que toda "crítica" literaria debe darse en un momento OPORTUNO, el cual precisamente no es la presentación misma del libro.
     Espero que Víctor Hugo pueda reponerse de este traspié y recapacitar al respecto. Sigue incólume mi confianza en él.... Ver más
     En cuanto a Majul... Deberá asumir con humildad los juicios inconvenientes que recibió su obra y proponerse un más arduo perfeccionamiento personal y periodístico, para finalmente encontrarse en condiciones de poder decir "ladran, señal de que cabalgamos".

Arte y difusión

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"El Hombre de la Flor en la Boca"

La obra de Luigi Pirandello (Nobel de Literatura 1934), se presenta todos los Jueves de Marzo -21:30 hs.- en el Teatro "Nacional Rosario". Dirige y produce GUILLERMO ALMADA, quien nos concedió la siguiente entrevista (4'27'').

Por favor, seamos menos imbéciles

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Generalmente suele decirse que los argentinos somos especialistas en desaprovechar oportunidades, pero lo mismo parece quedar relegado sólo a los políticos y dirigentes, como si todo el grueso de la población quedara exenta de formar parte de dicha sentencia.
     ¡No estoy de acuerdo! Cada argentino es en alguna medida responsable del destino de nuestra Nación. Eso no me cabe la menor duda. Es tan así como transparente el agua y como frío el invierno y como inflexible una pared.
     Toda persona que me conoce sabe cuánto reprocho a Chile (al Chile de entonces) la ayuda substancial que le prestó al Reino Unido y gracias a la cual a éste le fue posible ganar la guerra y usurparnos nuevamente a NUESTRAS Islas Malvinas.

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     Pero por supuesto que esto nada tiene que ver con la desgracia por la que está viviendo Chile en la actualidad. ¡Por favor, qué vergüenza tener que aclararlo! ¡Qué vergüenza, qué vergüenza!
     Facebook (como ya dije en otro artículo de este blog) es reflejo de lo que somos. He tenido ya infinidad de ocasiones de 'toparme' con postulados del tipo de "ellos ayudaron a los ingleses en Las Malvinas, que ahora los Ingleses los ayuden a ellos". Lo dicho, en gran medida nos desobliga como país hermano y como país vecino en tanto que por el más mínimo sentido humanitario estamos obligados como toda persona sensata a solidarizarnos con las víctimas de semejante tragedia.
     Quiero pensar que nadie ha razonado lo más plenamente a la hora de hacerse, por ejemplo, admirador de "las Malvinas son Argentinas y que a Chile ahora lo ayude Inglaterra".
     ¡Por eso mismo! Por eso mismo los argentinos somos especialistas en desaprovechar oportunidades. Pero no sólo los políticos, ¡sino también nosotros! ¡NOSOTROS!
     Por favor... todos somos conscientes de la "mala" imagen que el argentino tiene en el exterior (altanero, petulante, agrandado, falso, proxeneta, estafador, machista, cornudo...). Generalmente, los del interior solemos culpar al porteño de la fama inconveniente por la que nos han tipeado en todos lados; porteño, rosarino, cordobés, mendocino... ¡es todo lo mismo! Todos sufrimos por Malvinas, todos festejamos con la Selección, todos tomamos mates, y todos quisiéramos casarnos con veinte mujeres. ¡Vaaamos... es la verdad más grande que hay en el mundo!
     Dejemos de dar vergüenza. Por favor, no seamos tan imbéciles.
    ¡NO DESAPROVECHEMOS ESTA OPORTUNIDAD ÚNICA QUE EL DESTINO NOS PLANTEA PARA MOSTRARLE AL MUNDO QUE SOMOS, AL MENOS, BUENA GENTE!
     Chile nos necesita. La gente de Chile necesita de lo que podamos hacer por ellos. Aquella persona que perdió a su familia bajo los escombros, al menos... necesita de nuestra condolencia, de nuestro respeto. El pueblo chileno no tiene la culpa de que Pinochet se haya encamado con la Thatcher... 
     Facebook, es mundial... Lo que publicamos en nuestra casa, lo puede leer cualquier persona del globo terrestre. No seamos animales, no seamos groseros. Seamos mejor que aquello que siempre criticamos. Por favor. No olvidemos que la Presidente Bachelet (más allá de que yo le hubiera votado a Piñera) formuló su votó recientemente a favor de nuestro reclamo de Soberanía al respecto de NUESTRAS MALVINAS. En fin, por esta vez... por esta única vez... con una mano en el corazón... no seamos argentinos. No seamos la misma porquería a la que le importa un comino temas como la educación pero que aplaude con entusiasmo los miles de millones de dólares que nuestro gobierno despilfarra para televisar el fútbol.
     Con Chile compartimos historia, sangre, raza, religión, política, música, directores técnicos y jugadores de fútbol... con Chile compartimos casi dos mil kilómetros de límite geográfico. Marcelo Salas es chileno, y como gallina que soy lo quiero como a Franchescoli; Marcelo Bielsa es argentino, y allá prácticamente que es religión. No seamos brutos. Dejemos de mostrar la hilacha. Sinceramente, Chile nos necesita. Es la hora de ayudar y de mostrarle al mundo que, a pesar de todo, somos personas, seres humanos, hermanos. No desaprovechemos esta oportunidad; no seamos especialistas en desaprovechar oportunidades.
     Estoy completamente convencido que por muchas razones somos el país que tiene la obligación de solidarizarse y de ayudar a Chile más que cualquier otro país sobre la Tierra.
     Espero de corazón que mucha gente se retracte de haber vertido comentarios o acciones propias de un momento de distracción.


     ¡Fuerza Chile

Esto es lo que NO debe hacerse (so pena de prisión)

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No es que en todo este tiempo "La Capital" nos haya ofrecido alguna señal de haber mejorado su performance periodística o gráfica; sucede que por temor a ser repetitivo se decidió por no seguir insistiendo con los mismos detalles de siempre (todo aquel que navegue en este blog podrá ver la infinita lista de artículos referidos al periódico en cuestión).

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     Pero los muchachos de "La Capital" parecen abocados a la increíble manía de sorprendernos a toda costa. Y evidentemente tienen éxito: la forma en que la noticia está presentada o titulada (y no transijo con ningún vicio de indulgencia), NO TIENE PERDÓN DE DIOS. Cuando yo era adolescente, y vivía en el pueblo, el diario "La Capital" me movía a un soberano sentimiento de orgullo; en mi calidad de rosarino (sólo de nacimiento), no podía menos que sentir de ese modo en tanto que dicho periódico traía las noticias de mi remota ciudad natal. Hoy, que vivo en Rosario y que ya soy tan rosarino como si hubiera vivido aquí toda la vida, para mí, el diario "La Capital" (y lo digo muy a mi pesar) es motivo de sincera vergüenza. Soy estudiante de Periodismo, y en mi cabeza tengo el mismo desastre emocional que todo joven argentino, pero algo tengo en claro: ese periodismo que instituye los esfuerzos editoriales del "Decano de la Prensa Argentina" NO ES DE MI COMPETENCIA EN ABSOLUTO. Así no.
     La noticia en cuestión es lo que menos figura en el título. La noticia en sí refiere sobre un hecho puntual lo suficientemente aberrante como para ser digno de figurar en la sección "policiales". En pocas palabras, se trata de un indudable caso de abuso sexual nada menos que hacia un niño de catorce años. Estupro, técnicamente hablando; agravado por el no poco relevante dato de que lo mismo se haya dado dentro instancias educativas. La noticia, entonces, es horrorosa, indignante, repulsiva.
     Pero por más espectacular que sea, "La Capital" la presenta como si se tratara de un hecho poco más que festivo, simpático, anecdótico. El título mismo (no quiero cometer la indecencia de reproducirlo con mis dedos), al igual que aquella fotografía que bien encajaría en la tapa de una manual de primer grado, desfiguran la naturaleza lamentable del hecho y a este mismo lo tergirversan de manera tal que lo instituye como a algo que merece la simpatía y hasta la admiración del lector. Yo me pregunto si existe la persona que, luego de leer dos veces el título en cuestión, no siente sus entrañas repentinamente habitadas por sapos, arañas, serpientes y toda criatura estremecedora que mueva a vómitos y vómitos.
    Sería muy desesperado de mi parte sugerirle a la imaginación del lector que se atreva a graficar los momentos puntuales en que dicho adulto comete estupro, pero sí le voy a pedir al  mismo lector que tenga al menos la poca de urbanidad para sentir por un segundo en su corazón el grado de confusión, desolación y sometimiento que por largo tiempo perturbarán la vida del niño de catorce años. Toda persona que al menos crea que Jesucristo existió no necesita más detalles para desaprobar con toda la fuerza de la razón el desempeño 'periodístico' de "La Capital", acaso publicitando con vivos colores un rotundo caso de PROSTITUCIÓN INFANTIL.
     Por tanto, no tengo ni la menor duda de que los responsables de dicha línea editorial tendrían que comparecer en lo inmediato ante la Justicia, cuyo dictamen debiera hacerse sentir de forma tan rotunda como ejemplar. De la forma vergonzosa en que la noticia está presentada, "La Capital" es igual y peor de culpable que el adulto al que refiere el artículo.
     Todo lo dicho, ha sido pronunciado con gran dolor en mi corazón. Desde aquí, todo mi respeto hacia aquellos que han sufrido las mismas cosas que usa nuestra prensa para levantar un espectáculo.

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