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Entrevista a Gonzalo Catalani

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"El momento de dejarme ser"

Clases de actuación para niños, adolescentes y adultos en el Teatro Nacional Rosario a partir del 3 de Marzo

Escribe: DAVID REY

A Gonzalo Catalani le sobra entusiasmo para llevar adelante una empresa de esta naturaleza. Con treinta y cuatro años derrocha juventud y ganas de ser profesor y alumno a la vez, es decir, de enseñar a actuar y de mantener las propias aspiraciones artísticas al respecto. Niños, adolescentes y adultos ya han comenzado a embarcarse en este nuevo proyecto del Teatro Nacional Rosario (Córdoba 1331).
      "Mi conexión con el teatro fue el viejo y querido 'vi luz y entré'", confiesa Gonzalo al referir los inicios antojadizos de aquella vocación actoral que hoy consume todas sus horas, y que seguramente será igual a la de miles de actores y actrices. En adelante, un mundo nuevo se abriría ante sus ojos. "Llega un momento en que el teatro te abre la cabeza y decís '¡Epa! ¡Esto es lo que quiero!'".
 


     Aunque comenzó a estudiar en Rosario, es egresado de la Carrera de Actor Nacional en el I.P.R.A. (Instituto Privado “Roberto Arlt”, Buenos Aires), continuó su formación en el IUNA (Instituto Nacional del Arte, Buenos Aires) y se perfeccionó con infinidad de cursos y seminarios de dirección, dramaturgia, pedagogía teatral, etc. Y hoy se anexa definitivamente al Teatro Nacional Rosario nada menos que como profesor del Curso Anual de Teatro, cuyo comienzo está datado para el 3 de marzo y no requiere para el aspirante ningún tipo de experiencia previa.

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     ¿Qué busca una persona al momento de abocarse al teatro?
     Es muy amplia la respuesta… Tenés quien quiere formarse técnicamente porque quiere ser profesional en la materia; tenés quien quiere tener un grupo de pertenencia y siente que es una forma de abordar socialmente algo propio; hay gente que solamente viene por inhibiciones y quiere sacarse sus temores; tenés casos de gente que como la novela no está a esta hora y al tener la tarde libre elige esto para pasar el tiempo. Pero generalmente la gente viene porque lo tenían relegado desde hace tiempo y dicen “creo que llegó el momento de dejarme ser”. Y la mayoría, como decimos, por una formación técnica.
     También tenés el que viene porque tiene un sueño de ser famoso…
     ¡Están en su justo derecho! 
     ¡Pero por supuesto! ¡Todo es válido!
     Cuando vos te acercaste al teatro, ¿cuáles eran tus ingenuas perspectivas?
     Sinceramente, no sabía. Mi conexión con el teatro fue el viejo y querido “vi luz y entré”. Yo iba caminando por la calle, vi un teatro abierto y entré a preguntar.
     Entonces, ¿qué te mantuvo ligado al teatro tanto tiempo?
     Jamás lo sabré todavía. Por supuesto que había en mí una chispita interna de pretender ser conocido… Siempre es así. Sí, cuando ya estaba en Buenos Aires – en donde realicé toda mi formación – y fui al Conservatorio, se te abre la cabeza y decís: “¡Apa! Esto es el teatro. ¡Esto es lo que quiero!”. 
     ¿En qué van a consistir las clases?
     En realidad, por una cuestión lógica y pedagógica los grupos van a estar divididos en niños por un lado – de siete a doce años –, adolescentes – de trece a dieciocho – por otro y así mismo con los adultos. Va a ser una clase por semana; los niños y adolescentes de una hora y media y los adultos de dos horas. Los miércoles, con horarios de cinco a seis y media los niños; de seis y media a ocho los adolescentes y de veinte a veintidós los adultos.
     No te puedo hablar de un ejercicio puntual, pero sí de la dinámica de las clases. Las clases siempre van a comenzar con una disponibilidad corporal para empezar a conocerse a sí mismo y al cuerpo; vamos a trabajar netamente, clase a clase, en un contenido determinado, con los correspondientes ejercicios y finalmente buscar un lugar de reflexión y debate para pensar sobre lo trabajado. Siempre les digo a los alumnos que nunca se queden con una duda y que no se vayan de la clase sin saber bien qué es lo que hicieron.
     ¿Qué es lo que va a aprender quien participe del curso?
     Yo siempre a mis alumnos les digo lo mismo. Todo depende de cada uno. La clase va a ser la misma para todos, aunque los contenidos van a variar para cada grupo. La clase se va a dar con una gran fundamentación técnica. Cada uno se va a llevar lo que cada uno quiere.
    
Hay mucha gente que viene al teatro para desinhibirse.
     Es que uno lleva una gran mochila social que nos imponen ya desde el parto. Entonces, te vas formando en base a ciertas convenciones… El teatro te permite volver a ser quien sos vos en realidad.
     El gran secreto está en desconectarse un poco y pasarla bien.
 



Así titulan, así piensan...

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LA CAPITAL

Con los erroes típidos de este diario: repite "Kirchner" en título y bajada. El título, por su parte, es demasiado largo; digamos que se trata de una forma de intitular demasiado "emocional": "fue todo un éxito" es una frase que derrocha alegría. De por sí que queda al desnudo la tendencia kirchnerista del periódico. Nuestra sugerencia, para esta clase de título, sería: "La operación al ex Presidente fue un éxito" ("fue un éxito" no es menos alegre que "fue todo un éxito").
Lo positivo de esta noticia es lo de rigor: en la bajada expecifica dónde y por qué fue operado el ex Presidente.

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CLARIN

 
En medio de aquel desastre gráfico (con una publicidad flotante que interrumpe la conclusión de la noticia), uno de los mejores títulos al respecto. El hecho de que "éxito" esté en un lugar irrelevante de la oración (ni muy al principio ni muy al final) le resta vigor emocional al título. La palabra que no puede leerse por culpa de la publicidad flotante corresponde a "carótida", por lo que la brevedad de la intitulación no quita que pueda informar por qué fue intervenido quirúrgicamente. El copete ("Fue intervenido de urgencia") intenta darle a la noticia el matiz de gravedad que no posee el título. La bajada, además, resalta los buenos resultados de la operación, minimizando el riesgo del ex Presidente y, por lo mismo, quitándole importancia. La tendencia política del periódico es, entonces, eventualmente contraria a la que empuña el Presidente del PJ.

INFOBAE

Como siempre, el título es excesivamente largo. El gran problema de los títulos de Infobae radica en que, por ser largos, no informan más que los cortos. Vamos a asumir que esta vez han intitulado a las apuradas (si decimos "carótida" por supuesto que no hace falta especificar que se trata de "arteria", por lo que "arteria carótida" es una triste redundancia).  Infobae, como siempre, gana en objetividad y diseño gráfico, cosas que en absoluto ponen de manifiesto la inclinación política del diario.

Sin embargo, esta vez vamos a ser críticos con este portal, que por abusar de objetividad comete el error de restarle importancia a un hecho que, quiérase o no, la tiene de sobra (se trata de nuestro ex Presidente. "Clarin", para no cometer este error publicó un copete en donde recalca lo reelevante de la noticia). Lo lamentable de esta noticia es la bajada... ya que Infobae aprovecha para publicitar a C5N, el canal de TV de noticias de la misma empresa. Por otro lado, derrocha espacio gráfico con que la esposa de Kirchner "lo acompaña en la clínica"; ¿y qué se supone que esté haciendo, bordando un mantelito?
Al respecto del ítem que prosigue a la noticia, nos viene al dedillo para encontrar la diferencia entre "curioso" e "interesante". Es decir, nos resulta "curioso" lo que digan al respecto los diarios extranjeros, pero por supuesto que no es "interesante" en absoluto.
El hecho de que Infobae se interese por lo que digan afuera de nuestro país pone de manifiesto que el portal está sujeto a intereses que van más allá de nuestras fronteras. No es un portal que, por ejemplo, lo vaya a leer un operario brasileño o un albañil ecuatoriano; se trata de una línea editorial dirigida a hombres que puedan tener incidencia en nuestro país. A un albañil argentino no le va a importar que la noticia la lea un albañil ecuatoriano, pero sí a un empresario nacional le puede importar lo que vaya a leer uno mexicano, por ejemplo. La objetividad del portal se deshace en esta instancia, que pone de manifiesto que está dirigido a gentes que le interesan lo que vayan a decir afuera de nuestro país.

LA NACION

¡Ahá...! La noticia es completamente contraria al Gobierno de los Kirchner. El hecho de que en vez de "fue todo un éxito" (como hizo La Capital) sea "fue exitosa" no sólo que le quita emoción al título sino que hasta podría decirse que está dicho con desgano, con fastidio, con enojo.
Por favor, clic en la imagen para verla ampliada. La bajada dice: "Así lo aseguró Aníbal Fernández...", y no un "facultativo" (como señala "La Capital"), por lo que la veracidad de la información queda en suspenso y no decaen las posibilidades de que el resultado de la operación sea negativo. Las esperenzas de La Nación, ¡quedan al desnudo!
Por si esto fuera poco (y si hacen clic en la imagen como se le sugiere) van a leer que el diario informa: "La familia Kirchner no aceptó la extremaunción...". ¡Fíjense! ¡Fíjense a dónde apunta la noticia! ¡Por poco lo dan por muerto...!

PÁGINA 12

 
La misma línea editorial que Clarín, aunque con cuidado de no decepcionar a los lectores de izquierda. Al igual que Clarín, la gráfica es pobre, aunque no un desastre. Fíjense que este título también menciona la palabra "carótida". Es una gran necedad que el copete diga "Buenos Aires", pudiédose reemplazar por algo más ilustrativo como "Urgente" o "En estos momentos".
El epígrafe comete el error de La Nación, aunque con la inteligencia de mencionar figuras sensibles al público al que apuntan. La fotografía misma habla por sí sola: aquel Kirchner sonriente, con el saco abierto, la camisa arrugada y el cabello sonriente, ¿no es acaso del mismo estilo que la Evita con pelo suelto que suelen adorar los militantes montoneros o de extrema izquierda?
Muy inteligente el intento de Clarín por atender al queso de izquierda, en tanto que la mayoría de los argentinos lo tenemos por enemigo acérrimo de los Kirchner.

TN

La misma línea que Clarín, aunque ahora dirigido a un público de derecha. Al igual que en Infobae, vemos que los ítems ocupan espacio gráfico preocupándose por lo que digan en el exterior.

La foto exhibe a un Kirchner estrictamente instituicional (parece una tarjeta personal). La bajada, sólo de rigor (aunque ocupa espacio importante dedicado a cuestiones enciclopédicas, muy, pero muy poco relevantes. Más acertado hubiera sido hacer como La Nación: una noticia aparte dedicada sólo a estas cuestiones). La noticia no dice cómo concluyó la operación, si bien o mal. Es que al público de derecha al que apunta TN no le resulta simpático que la operación haya sido "todo un éxito", como señala La Capital.

CRÍTICA DIGITAL

El portal es también antikirchnerista. Si vemos el copete nos vamos a dar cuenta de que "está lúcido, PERO en terapia intensiva" (todavía hay esperanzas. El hecho de que diga que "está lúcido" en cierto modo señala que no siempre lo está. Si el título dice que la operación fue un éxito, cae de maduro que va a estar lúcido, de otra manera estaríamos pagando con nuestros impuestos un funeral de 'la madona'). Digamos que se trata de un antikirchnerismo pero para gente de izquierda, por eso la implementación del insípido "con éxito" y la localización geográfica en el mismo título (mirá vos dónde lo internaron; miralo vos al 'cajetilla' que tanto habla, internado en una clínica de primer nivel. Ya que tanto habla de esto y aquello contra las empresas, ¿por qué no se hizo operar en un hospital público?).
En la bajada, la misma naturaleza que La Nación, aunque para un público menos refinado, que en vez de vender acciones vende pulseritas en alguna feria. También menciona el ofrecimiento del Cardenal Bergoglio de darle la unción, "pero la familia no lo aceptó". Esto último  no sólo que casi que lo declara por muerto al ex presidente, sino que además indirectamente busca serle simpático al espíritu anti-Iglesia de los sectores de izquierda. "La familia no lo aceptó" representa el rechazo de los comunistas y de los zurdos en general hacia toda proposición eclesiástica, como si el lector se diera el gusto de pegarle una patada en el trasero a un cura y así mismo un soñado cachetazo a la Iglesia.

Llegamos al final. ¿Alguna duda? ¿Alguna duda al respecto de cómo piensan los medios argentinos?
Ah, por cierto... ¿y vos por qué medio te enteraste que Kirchner fue operado de urgencia? Ojo... ojo cuando lo digas... mirá que quien te escuche puede enterarse muchas cosas de vos.

Infobae: el mejor "notiweb" del país

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Sin lugar a dudas, el mejor portal de noticias de la Argentina. El más serio, el más constante, el más verás. Siempre actualizándose (sobre todo de mañana).
     Por supuesto que tiene una notable inclinación "a la derecha" en materia de tendencia política, pero qué medio no lo tiene. Así y todo sus titulares suelen ganarle a "La Nación" en objetividad.
     Ocasionalmente alguna publicidad nos aparece apenas abrimos la página, cosa que de inmediato se resuelve haciendo clic en "saltear publicidad". La pauta publicitaria en ningún momento se torna densa o abrumadora, como en el caso de "Clarín".
     Por otro lado, podemos rescatar que la redacción de este portal prácticamente nunca sorprende con errores de ortografía o frases ininteligibles, limitándose a una retórica sencilla y al alcance de cualquiera (aunque, por consiguiente, sin la maravillosa calidad literaria de "La Nación").
     En lo que respecta a la parte gráfica, la estadía en el portal de Infobae es más que agradable; predominan los colores claros y los títulos son azules tornándose negros en tanto que sobre ellos pasamos el mouse. Da gusto estar en este sitio.
     Tiene, por último, vínculos a otros portales de noticia como así mismo a noticias en inglés, una verdadera innovación en lo que se trata de notiwebs argentinos.
     Como detalles a censurar podemos señalar que el portal en cuestión utiliza títulos demasiado largos, aunque esto se subsana en parte por la no utilización de epígrafes (cosa que permite la visualización de una página más limpia) y el hecho de que la bajada jamás utiliza las palabras que la precedieron. Sería bueno para este notiweb que contara con editorialistas de mayor prestigio (como "La Nación").
     Otra cosa a destacar a este respecto es que muchas veces se nos interrumpe el video que estemos viendo porque la página decide actualizarse. Aunque cuando volvemos al video en cuestión y damos clic en reproducir comienza a hacerlo desde la parte en que estábamos antes.
     Lo referente al mundo de la farándula (cosa de la que lamentablemente en este país no se puede prescindir) ocupa su lugar insignificante al final de la página, en tanto que no abruma al visitante serio en su investigación del sitio.
     En definitiva, sin extravagantes ambiciones gráficas, con un tono de voz sencillo y una línea editorial cauta y prudente, Infobae está a la vanguardia en lo que respecta a portales informativos nacionales, desplazando holgadamente a "Clarín" e incluso ganándole por dos cabezas a "La Nación".

Así sí

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Como vemos, el portal de "La Nación" tuvo la delicadeza de poner en cursiva (equivalente dado el caso a usar comillas) el título de la película en cuestión. ¡Ni que leyeran este blog! (Ver nota anterior referida a este diario).
     En la foto de la derecha, yo cambiaría la frase "deberán luchar" por la menos tremendista "deberán pelear" (ya que "competir" no se puede usar porque la refiere el título mismo del recuadro).
     Otra vez amigados con "La Nación".

Abuso deshonesto de Clarín

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Si ayer llamamos un "atropello" al hecho de que "La Nación", en su edición web, recibiera a sus lectores con una propaganda del tamaño de una cancha de fútbol, lo de "Clarín" podría caratularce, como bien señala nuestro título, como un "abuso deshonesto".
     Pero la instantátea tomada al portal de "El Gran Diario Argentino" no alcanza para decir todo lo que pretendemos. Es más: lo que muestra la foto es lo de menos.
     Lo verdaderamente irritante es que en ningún momento las publicidades (flotantes) se fueron de nuestra pantalla, incluso aquel cohete que podemos observar tiene la particularidad de atravezar de izquierda a derecha la página, entorpeciendo (con su sola existencia) nuestra ya tortuosa lectura de "clarin.com". 
     Quisiera, sinceramente, seguir redundando al respecto de los infinitos detalles que podrían censurársele a la edición web de "Clarín", pero creo que sería una pérdida de tiempo. ¿Qué más le podemos pedir al periódico que pertenece al mismo grupo responsable de las "novelas costumbristas" de "Canal Trece" (franca e insobornable vergüenza de toda la televisión argentina)?
     Seguí así, "Clarín"... es lo que valés.

Corregido (sólo a medias)

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El Jefe de Redacción terminó con su almuerzo en la barcito que está frente de "La Capital".

Todavía más

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Lo mismo... con la diferencia de que tenemos la misma noticia (referente a la nominación al Oscar de "El secreto de sus ojos") tanto en el centro superior de la página como en diagonal hacia abajo a la izquierda (como si fuera necesaria esta aclaración). Un despilfarro de espacio gráfico.
     [[[¿Cuántos comen con esta película?]]].

Como nos tiene acostumbrados La Capital

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Bueno... acá no hace falta explicar nada. Todo mal (horrible), como acostumbra siempre "La Capital". Miren esas comillas en el título (bueno, es rescatable que las hayan puesto; que las pusieran bien, ya es otra cosa...). Epígrafe y bajada repiten los nombres de los involucrados en la foto.
     Lo verdaderamente preocupante es todo el tiempo (mucho) que estuvo esta noticia sin que nadie corrigiera, al menos, sus fallas más eminentes ("eminente" generalmente no se usa como denostativo, pero considérese la ironía de quien subscribe. Debiera estar, "eminentes", entre comillas, pero al no estarlo alientan un humor más fino todavía).

¡Otro descuido más de La Nación!

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Por supuesto que se trata de omisiones perdonables... bueno... pensándolo mejor (ya que se trata de "La Nación"), no tan perdonable que digamos.
     1 - El título que observamos en la parte superior izquierda de la imagen, oh, por Dios, es excesivamente largo. Tremendamente largo... Dejen eso para los muchachos de "La Capital". Esto viene a significar una cosa no menos interesante que la cuestión gráfica o estética: la notable tendencia política de la noticia. Si bien "La Nación" siempre ofrece críticas bien criteriosas, el hecho de querer "meter" todo en un título deja al desnudo que, además del rigor informativo, subyace la intención denostativa del periódico, lo cual atenta contra la objetividad de la noticia. Todo podría resumirse en "La fortuna 'K' volvería a ser investigada" o, más exhaustivo, "Kirchner podría ser investigado por compra de dólares". La persona que verdaderamente esté interesada en el asunto, no necesitará que el título le diga tanto para hacer clic y devorar toda la noticia. En cambio, la persona que no le importe mucho el tema, necesitará que el título también le diga que "por la mañana el ex-presidente tuvo un tropiezo al salir de la ducha y se enojó con su mujer por no haber puesto la alfombrita a la par del bidet".
     2 - Si nos vamos al sector derecho de la página, "las" omisiones refieren específicamete a lo gráfico. Por supuesto que no estoy de acuerdo con ese "Se dan" del título, ya que un periódico de la línea de "La Nación" debiera optar por una forma menos impersonal de presentar la noticia. Ese "Se dan" al que nos referimos al no decirnos quién está "dando", no dice nada.
     3 - Y esto sí que es triste, también. Es triste que un simple estudiante de Periodismo como yo (con calificaciones preferentemente mediocres) le tenga que señalar al más elevado diario de Argentina que tanto "Avatar" como "El Secreto de sus Ojos"... ¡deben ser mencionados entre comillas! ¡O al menos en cursiva! ¿Por qué? Porque refieren a una entidad específica; refieren a intitulaciones.  Los títulos siempre tienen que formularse de manera destacada; los nombres, en cambio, pueden salvarse de esta regla según convenga. Por ejemplo: <<"Cien Años de Soledad", de Gabriel García Márquez, le ha merecido a Colombia su primer premio Nobel de Literatura>>.
     4 - Para redondear está mal escrito el título de la película "El Secreto de sus Ojos", al cual "La Nación" lo insta como "El Secreto de sus ojos" (si "ojos" va con minúscula, no hay razón para que "secreto" esté con mayúscula).
     5 - "Expectativa por el dictamen de la comisión que analiza la actuación de Redrado". Debiera evitarse la cacofonía que implica que en una misma frase - más aún tratándose de un título (más aún si quien titula es "La Nación") - participen dos vocablos terminados en "ción" ("comisión"; "actuación"). Sugerencias: "Expectativa por el dictamen que analiza la actuación de Redrado" o "Expectativa por el dictamen de la comisión que analiza a Redrado" o, más simple aún, "Expectativa por el dictamen que analiza a Redrado". Y, por qué no, "Dictamen analiza a Redrado" o "Comisión define sobre Redrado".
     ¡Vamos, diario! ¡No me bajes el listón vos también!

No puede ser que nadie se fijó

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Diario deportivo "Olé", en su edición web. "Hombres de Olé bajo el brazo" era, hace un tiempo, la proclama publicitaria, y si existió algún hombre que con eso se sintió identificado... Bueno, es mejor que la ayuda psiquiátrica sea oportuna antes que tardía.
La imagen no tiene nada de particular (tratándose de un diario deportivo). Estamos en condiciones de asegurar que gráficamente la edición electrónica del periódico no es lo mejor, pero bueno... es lo que hay para el publico que tiene (sin ofender).
Entonces, ¿cuál es el problema? Bueno, el problema es simple: sin exagerar, hace más de un mes que está la imagen esa de la mujercita con el tatuaje de la serpiente y el busto al aire.
Ése es el problema. ¿No piensan, al menos... cambiar el título, la modelo, ponerlo más chiquito al final de página...?
Bué... quizás, sea lo mejor que se pueda hacer, total... por el público que tienen... (sin ofender. Tratándose de "Olé" y de sus "hombres de Olé bajo el brazo" no puedo menos que imaginarme un hincha de Atlético Cambaceres leyendo el diario encerrado en un baño público).

¡PROHIBIDO HABLAR DE CINE!

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¡Otra vez se armó la gorda porque dije que "El Secreto de sus Ojos" es malísima! Siempre se ha dicho que Argentina es un país en donde no se puede hablar ni de fútbol ni de política; a esto deberemos sumarle que tampoco se puede hablar de cine.
     Pero aquí no vamos a discutir de si "El Secreto de sus Ojos" es buena o mala (si quieren, lo dejamos para otra ocasión). Voy a tocar un tema que nunca nadie tocó antes, y que quizás por lo mismo constituye una de mis tantas obsesiones escorpianas (aclaro que no creo en la astrología, pero... ¡qué bien que suena eso de "obsesiones escorpianas"!).
     ¡Me pasa siempre! No se puede hablar de cine... Al más mínimo desacuerdo, ¡zaz! Excomulgado del elevado círculo de cerecitas cinófilas (en realidad, es "cinéfilo", pero todo el mundo dice "cinófilo"). "¡Fuera de acá, traidor de la especie humana!". "¡Hereje!". Bué... si aquí expusiera una lista de los anatemas que suele endilgárseme por cada vez que "deslizo" alguna opinión sobre alguna película que precisamente no sea de mi agrado... creo que el mismísimo Hitler se levantaría de su tumba patagónica sólo para darme el trofeo a la criatura más aborrecida. "¡Ah, basuren...!" me diría. "¡Mente podriden!". Es que... en la vida uno se va dando cuenta de ciertas cosas, aunque no en tiempo oportuno. Una breve lista al respecto:
     * A una mujer nunca le digas gorda o rellenita;
     * A un hombre nunca le digas feo o que se peina mal;
     * A una persona nunca le digas que la película que tanto elogia es una porquería.
     Sobre el último ítems versa la flagrante editorial.
     He comprobado que dentro de una discusión en materia de cine se ponen en juego los más agudos destellos intelectuales de las personas, como si las mismas volcaran, pues, todo el potencial neuronal del que disponen. Ergo, decirles que la película que les quita el sueño es una payasada termina siendo equivalente a despojarlos de todo aquel aura de fina inteligencia gracias al cual Dios, desde lo alto, los aprueba rechoncho y satisfecho, mientras que sus fieles corazones prorrumpen "Señor Dios, aquí me tienes... Defendiendo la integridad intelectual de lo que queda de la especie humana blanca y sexualmente atractiva".
     Es que hay un punto preciso responsable de todo este conflicto demencial: la gente. La gente que no distingue una cosa de otra, la gente que mezcla los tantos, la gente que llora por las víctimas de Haití mientras que en una muñeca tiene una gota de Kenzo y en la otra una gota de Tommy Hilfiger.
     Pero increíblemente yo no tengo nada contra la gente (bueno, sí... tengo todo contra la gente). Lo que quiero decir es que la gente está confundida. Cuando una persona dice que una película es mala no está diciendo que está mal que esa película les guste o que es un reverendo tarado por haberla mirado (conclusión a la que se llega mediante el menudo proceso de pensamiento gracias al cual se deduce que si yo digo que fulano es tarado por mirar tal película es porque yo también la miré, - si no, no podría decirlo - por lo tanto yo también soy tarado... y no, no da... no da decirse a sí mismo que uno es un tarado).
     Generalmente la gente dice "sí, me gustó" o "no, no me gustó", y como bien reza el refrán, "sobre gustos no hay nada escrito", de manera que cuando yo hablo de cine jamás me refiero a la cuestión de gustos. Entonces, lo más honesto sería distinguir dos dimensiones de diálogo al respecto de las películas: una, donde están los que hablan de gustos; otra, donde están los que hablan de si tal película es "buena o mala".
     Honestamente, yo reconozco que a mí me gustan muchas películas que en realidad son malas. A mí me encantan, por ejemplo, las películas de Stallone, pero reconozco sin problemas que casi todas son pésimas, ya sea por el argumento simplista que las completa, porque otra vez la raza blanca es la buena y los vietnamitas los malos, porque Rambo tiene más cara de travesti que de héroe de la patria, etc. Y, naturalmente, yo no tengo nada contra la gente que pierde su tiempo mirando cine de cuarta, y por la muy sencilla razón de que yo también suelo perder mi tiempo mirando películas así o bien dedicado a otra actividad intrascendente, como ser jugar al Zuma o estudiar para algún examen de Periodismo.
     La gente debe saber distinguir entre un criterio cuantitativo y otro cualitativo al respecto del cine. Una cosa es hablar desde una óptica emocional o subjetiva y otra muy disimil es hacerlo a partir de un criterio técnico y objetivo. Es equivalente a que si Juan le pregunta a Pedro si esa pared es blanca o negra y Pedro le responde que la pared es dura; es decir, le responde con algo que no viene al caso. Le responde, entonces, con otro criterio.
    "¡Ah, pero vos qué sabés! La película ganó cinco Óscares y vos decís que es mala. Vas a saber más vos que los que le dan los Óscares..." (el acento en la "o" es un capricho mío). Argumentos así me parecen, precisamente, originados a partir del más tierno criterio, ya que la importancia que en mi vida tienen los hacedores de dichos premios es más bien nula que cualquier otra cosa, en tanto que es bien evidente que la gala del Oscar no es otra cosa más que la continuación o el redondeo de aquel negocio millonario en que Estados Unidos florea su estilo de vida liviano y a la vez guerrero.
     Y repito: el problema somos nosotros. La especie humana es el problema. Mezclar las cosas es inherenente a las personas. La gente asume con ánimos de certeza aquello que se origina nada más que en la credulidad, mientras que, por colmo, es muy usual encontrarse con alguien que relativice cuestiones científicas o tradicionales. Solemos aferrarnos ciegamente sobre creencias, mientras que renegamos a menudo de razones criteriosas. Por los siglos de los siglos el tema más difícil de tratar fue la religión: la gente no está dispuesta ni remotamente a poner en tela de juicio aquello en lo que cree. La ciencia, que es exacta, todos los días está cambiando; la credulidad, que es vaga y antojadiza, no cambia ni a palazos.
     Entonces, lo mejor es no hablar de cine. No tiene sentido pelearnos por algo así. Hay que entender que por más vuelo intelectual que se le quiera dar a la cosa, la gente va al cine a entretenerse; a divertirse. No va filosofar, o al menos a poner a trabajar el sentido crítico (que en muchos casos duerme soberanamente desde la vez que votaron a Menem o a Cristina). "Telefe" o "Canal Trece" ya le han llenado la cabeza con que la película por la que pagaron hasta quince pesos es poco menos que el desvelo de todos los misterios del universo. Es en vano explicarles que si bien no está mal que la película les haya gustado, la misma deja algunas cositas que desear en las cuestiones técnicas. La gente nunca va a entender, por ejemplo, que "está medio sujetada con un chicle la parte en que la protagonista se da cuenta que el imputado es un violador porque este mismo le mira el busto" porque no habría hombre que no fuera violador y ya nos podemos imaginar que no hay violador tan estúpido que se venda a sí mismo por mirarle el busto justamente a una fiscal.
     La gente no quiere entender, es feliz así como es. Y está bien que sea así, si acaso buscó distraerse en aras de una ficción cualquiera; los equivocados somos nosotros, que no podemos hacerle la vista gorda a hechos que, en definitiva, se fundaron en la picardía de un director de cine. De modo que hay que dejarlos que hablen, y que crean en sus cosas, en sus dioses, en sus Francellas y en sus Óscares... O bien, ser inteligentes (no ser un desesperado por opinar como yo): antes de hablar, observar la perspectiva desde la cual está hablando la persona que tenemos enfrente (si habla de gustos o de calidad), y de esta manera - si es necesario - aportar un argumento que esté más o menos a la altura de las circunstancias, aunque para eso tengamos que agacharnos un poquito.


El turno de La Nación

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Esta vez apuntamos los cañones, nada menos, que al periódico más prestigioso de Argentina: "La Nación", en su edición web.
     Desde ya que "La Nación" no comete los groseros errores que tanto nos da para hablar de "La Capital" de Rosario, pero esto no quita que no vayamos a observar ciertos detalles singularmente llamativos.
     Tratándose del diario de mejor línea del país (bastará decir que está compuesto por los mejores escritores y los más destacados periodistas, por más que algunos estén vinculados a "Clarín"), podríamos calificar como un "atropello" el hecho de que cuando abrimos su portal web, con la deliberada y única intención de informarnos (ésa es precisamente su razón social), nos encontramos con una publicidad que por poco no cabe en nuestros LCDs.
     Yo entiendo que los medios de comunicación solventen sus economías gracias al substancial aporte de la pauta publicitaria, pero esto no quiere decir que por lo mismo tengamos los lectores que "comernos" una publicidad del tamaño de una cancha de fútbol cada vez que vamos a "www.lanacion.com.ar".
     Es ciertamente molesto encontrarse con Del Potro tomando jugo o con quien sea haciendo lo que fuera en tanto que sólo pretendemos informarnos sobre cómo está el país, si llueve en tal lado o si va a llover, si hay más sobrevivientes en Haití o si Cristina sorprendió con algún otro Decreto de Necesidad y Urgencia...
   Un simple detalle a tener en cuenta; debiera prudenciarse el empeño publicitario de "www.lanacion.com.ar" tanto para amenizar aún más la estadía del lector como para cuidar la línea gráfica y profesional del portal.
     En todo lo demás, sin dudas, el mejor diario del país.

(A los aspirantes a Periodistas deberé aclararles que la expresión "comernos" de más arriba no peca de ser una "interferencia diastrática" [vocablos provenidos de distintos niveles de habla] precisamente por estar la palabra en cuestión rodeada de substanciales comillas, las cuales vienen, dado el caso, a señalar la especificidad del término como la pretendida elasticidad del mismo).

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