“Miami Beach es densa en tinta”, así lo
indicó un informe reciente de msnbc.com, para referirse a que la ciudad fue
clasificada como la número uno en el país en materia de tatuajes.
La tendencia a marcar el cuerpo con tinta es
popular entre famosos y no tan famosos. Pero, aún no hay estadísticas de qué
sucede cuando esa obra de arte que se llevó con convencimiento como símbolo de
una etapa de la vida o ese nombre que se tatuó como una forma de demostrar un
amor indeleble se convierten en un mal recuerdo o ya no tienen el significado
de antes.
“Lo cierto es que un creciente número de
personas de todas las edades vienen a la consulta buscando la manera de borrar
sus tatuajes’’, dice el dermatólogo especializado en dermatología cosmética,
Oscar Hevia, de Hevia Cosmetic Dermatology, en Coral Gables.
Hevia recuerda especialmente el caso de una
pareja famosa que buscó sus servicios para quitar del brazo del cónyuge el
nombre de la ex esposa.
“Otros también quieren quitarlos en busca de
una apariencia más profesional. No todos los empleadores tienen su mente
abierta a los tatuajes o requieren taparlos en las horas de trabajo’’, indica.
Para liberar a los pacientes de las marcas
de tinta, el dermatólogo recurre al uso de la tecnología del Q-Switched Nd: Yag
láser.
Existen otros tratamientos para borrar los
tatuajes, no obstante, Hevia considera la terapia de láser la más efectiva y la
menos invasiva, comparada con técnicas más agresivas que van desde raspar el
área con una especie de lija para crear postillas y, por consiguiente, la caída
metódica de la piel tatuada, la dermabrasión, hasta retirar quirúrgicamente la
piel tatuada y coser de nuevo los bordes.
“Lijar la piel puede tener como consecuencia
una mancha blanca o decoloración de la piel y la cirugía no funciona donde no
hay suficiente piel para cortar, como lo es en el área de los brazos’’, indica.
En el tratamiento del tatuaje con el láser,
el aparato se enfoca en el pigmento y le imprime cortas descargas de luz de
alta intensidad, mientras se protege el tejido adyacente.
“Este tipo de láser puede penetrar hasta las
capas de la piel donde está depositada la tinta, sin dañar la superficial,
donde se producen una especie de heridas leves para promover la regeneración
del tejido en el área’’, explica Hevia.
El éxito del procedimiento depende del
tamaño y del color del tatuaje. Los tatuajes multicolores son los más difíciles
de eliminar.
“Los tatuajes monocromáticos, en negro o
azul oscuro, reaccionan más favorablemente a este tipo de láser”, indica.
No obstante, el tratamiento no tiene
resultados inmediatos. También requiere de paciencia. Se necesitan varias
sesiones y el arte que se logró en un par de horas puede tardar hasta uno o dos
años en borrarse.
“Un porcentaje de pacientes requiere de tres
a seis tratamientos en un periodo de uno a dos años. En cada tratamiento se
trata de desteñir paulatinamente el tatuaje sin agredir la piel para no causar
cicatrices o decoloración permanente’’, explica.
De acuerdo al tamaño del tatuaje, cada
sesión con láser puede tener un costo entre los 300 y los 700 dólares.
Algunos tatuajes pueden ser borrados
completamente, otros tienen una decoloración significativa, cada caso es
individual. La principal recomendación de Hevia es buscar un médico
especialista en el procedimiento.
Según el especialista, logrados los resultados, no falta también quien quiera tatuarse una nueva pieza de arte en la piel.
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