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Las frases más inolvidables de Gandhi

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Albert Einstein precisó al respecto de Mahatma Gandhi: "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la Tierra en carne y hueso".

Mahatma ("alma grande") Gandhi, sin embargo, no ha perdido un ápice de vigencia hoy en día. Sus enseñanzas son cada vez más valederas en tanto que más se aleja nuestro mundo del norte insobornable que signó su coraje, su entrega y su amor por la raza humana. En rigor, cada vez parece más increíble que semejante SER HUMANO haya existido, por lo que a cada tramo su recuerdo es más y más inquebrantable.

Bertolt Brecht diría algo que bien podríamos, entonces, consignarlo para recordar a Gandhi:
"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles".

Ha dicho Gandhi: "Todos deberíamos sufrir un poco de hambre para paliar el hambre que hay en este mundo". Y podríamos decir: todos necesitamos algo de Gandhi para hacer hablar al SER que este mundo fue callando. Valga, entonces, este humilde esfuerzo para traer a nuestros días las más nutridas y reveladoras enseñanzas de ése... que pasó por este mundo, para descubrirnos al HUMANO que hay en cada uno de nosotros.

- La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
 

- La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.

- Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.

- Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.

- Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria.

- Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.

- El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla.

- Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.


- Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad.

- Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

- El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.

- Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.
 

- La plegaria no es un entretenimiento ocioso para alguna anciana. Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para la acción.
 
- La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutar la libertad.
 
 - Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres.

- Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.

¿Qué tienen en la cabeza?

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Rosario da para todo. En la politizada Facultad de Psicología (donde hay que ir esquivando los carteles partidistas) los psico-chicos festejaban una de las mentadas peñas universitarias. 

Lo llamativo era el enorme cartel que había en la entrada:

¡¡¡FIESTA!!!
SI NO TE GUSTA BAILAR,
NO ME INTERESA TU REVOLUCIÓN.

El más inmediato sentido humanitario me lleva a pensar que esa gente... ¡necesita un psicólogo! ¡Urgente!
 

México respalda a Argentina

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MÉXICO HIZO SENTIR su voz al respecto de nuestro largo reclamo de soberanía en torno a las Islas Malvinas: TOTAL RESPALDO A LA ARGENTINA.

     En rigor, un grupo de referentes políticos y culturales mexicanos envió una carta al Comité de Descolonización de la ONU para respaldar el reclamo de soberanía argentina de las Islas Malvinas.
 
     La misiva se resume en los siguiente términos: “firme respaldo a los derechos legítimos de la República Argentina en la disputa de soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.

     Actitudes como la de la hermana Nación de México deben inexorablemente invitarnos a la gratitud y a la misma admiración, ya que en tiempos donde fuertes y variados intereses trasnacionales juegan un papel preponderante en el mapa político y económico internacional, “jugarse” por la causa argentina es un gesto valiente y – más importante – visceralmente latinoamericano.

     Ahora bien…  una pregunta: ¿qué postura tomará la diplomacia argentina en torno al difícil momento que atraviesa México a causa de la guerra contra el narcoterrorismo?  ¿Dónde están las organizaciones políticas y culturales de nuestro país que den su voto a favor de la lucha contra los temibles carteles de la droga en el país azteca? URGE YA MISMO UN RESPALDO EN ESE SENTIDO (no sea cosa, conociendo el obsceno romance de nuestros actuales dirigentes con grupos terroristas de la época del setenta, que algún día nos enteremos de alguna “venta de armas” a narcoguerrilleros mexicanos).

     Espero prontamente un respaldo sincero de nuestro país a México. ¡Espero ardientemente un gesto concreto de Argentina al respecto de la GUERRA TREMENDA que se está librando en México!

     Deberán, pues, agitarse las alas del águila guerrero y magnífico dentro del corazón de todo argentino, de la misma forma en que nuestro sol incalculable destella en el pecho de todo hermano mexicano. 

     ¡Gracias, México, por ser ejemplo de lucha y de coraje! Mientras el mundo se arrodilla ante la prepotencia del narcotráfico, presentas heroica lucha a la maldita serpiente que amenaza el futuro de tus hijos. ¡Gracias, México, por este ejemplo de solidaridad y de hermandad latinoamericana! ¡Viva México! ¡Viva Argentina! ¡Viva América toda!

Un poco de humor rosarino

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Por Roberto Fontanarrosa


"Los mitos setentistas", no apto para tibios

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DIFÍCILMENTE SE HAYA escrito algo mejor que “Los mitos setentistas” toda vez que el pasado reciente de nuestro país fuera planteado, debatido o rebatido en libro o discusión alguna. Tal vez aquello que más distinga la obra de Agustín Laje Arrigoni sea la denodada y explícita vocación de justicia y verdad que impregnan sus páginas. El trabajo es, pues, totalmente irreprochable.
     El autor – cordobés, de tan sólo veintidós años – se ha propuesto una “caza de brujas” sin precedentes: derribar las más enconadas mentiras al respecto del viciado discurso oficial sobre lo ocurrido en la traumática época de los 70. De esta suerte que recalcadas afirmaciones en boga pierden toda validez rayando inclusive el ridículo mismo. Aténgase el desprevenido siempre que vaya a repetir consignas goebbelianas de la talla de “en los 70 no existió una guerra” o “en el 76 las organizaciones terroristas ya estaban diezmadas” o, bien, “se trataba de pibes inocentes que luchaban por un ideal”.
     En rigor, la pluma inexorable de Laje fundamenta de manera exhaustiva no sólo el marco histórico y conceptual de sus afirmaciones (por supuesto que variadamente documentadas), sino que además conduce al lector a deducciones reveladoras a las que ya no podrá volver a soslayar. Para el escritor – quien estudió “Terrorismo y Contraterrorismo” en el Centro de Estudios Hemisféricos de Washington D.C. – no es tan importante demostrar la mentira del discurso oficial como dejar al desnudo el “por qué” de dicha mentira. Veinticinco son los mitos descomunales que el libro convierte en simples chicanas para inspiración de analfabetos.
     Tuve ya ocasión de subscribir al respecto:
     “Mientras que la mayoría de los escritores e historiadores actuales pierden su tiempo en alquimias humanísticas (verdaderos insultos para la inteligencia humana), y cometen – entre tantos ejemplos – la repetida torpeza de negar que en los 70 hubo una guerra, en tanto que los mismos "idealistas" de aquel entonces eligieron llamar a sus grupos armados nada más y nada menos que como "ejércitos", Agustín Laje Arrigoni simplemente se retrotrae a lo concreto y documentado de los hechos para, en fin, ofrecer un detalle exhaustivo y fehaciente de la parte más discutida de nuestra historia más próxima. Mientras que el egoísmo y los espurios intereses de siempre se esfuerzan porque la sociedad digiera el absurdo y la mentira como al agua misma, el trabajo de Agustín se consigna a modo de inteligente medicina para esta insulsa época de rara indigestión de ideologías (ver nota).
     De fácil lectura e inefable calidad retórica, la voz de Agustín simplemente se conjuga en auxilio de la infinita cantidad de evocaciones y citas textuales nada menos que de los mismos protagonistas de la traumática historia, más allá de sendas investigaciones que respaldan cada una de las afirmaciones y refutaciones vertidas. De esta suerte que “Los mitos setentistas” recurre insistentemente a nombres de la talla de Luis Labraña (ex montonero símbolo de la concordia nacional), Martín Caparrós (ídem), Luis Mattini (ex jerarca del ERP), y Jorge Masetti (ex guerrillero), entre tantos más, cuyos testimonios al mismo tiempo que producen pavor por otra parte conllevan a un sinceramiento difícilmente eludible a la hora de observar el pasado reciente de nuestro país.
     No es menos destacable la recurrente participación de voces eminentemente autorizadas en términos de trayectoria y credibilidad, tales son los casos del doctor Nicolás Márquez (autor, entre tantos, de “La Mentira Oficial” y “La Otra Parte de la Verdad”) como así también del doctor Javier Vigo Leguizamón (apoderado de la causa “Larrabure” y autor de “Ataque a la República” y “Amar al Enemigo"), por citar sólo un par. Por supuesto que “Los mitos setentistas” no iba a dejar de lado la ocasión, por otro lado, de consignar también las voces de los nefastos personajes que atentaron contra la república desde sus criminales organizaciones guerrilleras y que aún hoy tiñen de impunidad el panorama de nuestro país.
     Tal como señala su autor, el “setentismo” estaría compuesto por aquellos sectores “interesados en reescribir el pasado” en aras de perfilar la opinión pública: mientras que por un lado santifica a los terroristas (y los exculpa de sus crímenes), por el otro demoniza a las Fuerzas Armadas. Para Agustín es caprichoso y tendencioso el clamor izquierdista por la “memoria” (siendo ésta subjetiva, emocional y acomodaticia) toda vez que va en desmedro de hechos históricos comprobados y documentados, aunque perniciosamente soslayados en el relato oficial. Mientras que para un sector importante tanto de la izquierda como de la derecha el asunto de los mentados “derechos humanos” se resume en un lucrativo negocio, para el joven cordobés se adscribe como una causa cuyo único rédito consiste en respirar algo de justicia dentro de la vapuleada atmósfera actual.
     Es de reprochar, entonces, el notable silencio – en torno a la obra de Laje – tanto de periodistas como de diversas personalidades relacionadas al tema: como cuervos sin carroña vegetan un cielo inesperadamente soleado. Es que, “Los mitos setentistas”, mientras que por un lado merece toda la admiración del buen público, por el otro alimenta celos y preocupaciones. Leí el libro y lo releí, y por tanto puedo asegurar que no hay una sola palabra que ilustre la obra como procaz o malintencionada, todo lo contrario; es, pues, un capricho explicativo el significativo resguardo de muchos a la hora de, por ejemplo, verter aunque sea un comentario en Facebook.
     Esfuerzo de gran honestidad exige a muchos el libro, en tanto que – sincerándonos – es una verdadera vergüenza para el encumbrado periodismo argentino que un joven (con mucho aún de adolescente) consiga realizar un trabajo cuya calidad y validez sean entrañablemente envidiables. De todo el amplio abanico de mariquitas mediáticas – que a diario lloriquean por los derechos humanos de los que no tienen ni idea – ninguno jamás redondeó algún esfuerzo investigativo ni remotamente equiparable al de Laje. Para muchos periodistas actuales, es más fácil decir que una persona es buena porque la otra es mala que realizar una contabilidad justa de causas y responsabilidades al respecto de la historia reciente argentina.
     Por ello que “Los mitos setentistas” se dirige exclusivamente al argentino bien nacido, tanto de izquierda como de derecha, cuyo afán de conocimiento sea sensible a la autocrítica y propicie el sentido de superación. De nada servirá acceder a un debate en torno a los setenta sin nociones pragmáticas y sin fuentes autorizadas. Agustín Laje Arrigoni sienta un precedente en este sentido. La verdad, pues, está a disposición del interesado; de esto mismo se deduce la performance de una persona. El opa seguirá por un tiempo más agitando banderas hasta que se le canse el brazo; la debilidad de su corazón no soportará el frío ventarrón de la justicia.

Notas relacionadas:

Evo contra las novelas que causan "infidelidad"

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YO NO MIRO televisión, al punto de considerarme una persona “anti-televisión”. Salvo contadas y tibias excepciones – para mí – la televisión es estupidez pura y neta en todos y cada uno de los aspectos. Pero hay una persona más exagerada que yo: nada menos que el Presidente de Bolivia, señor Evo Morales.
     Si bien suelo afianzar mis afirmaciones “anti-televisión” con argumentos fuertes y entendibles, para no ser siempre tomado por insoportable o paranoico, la mayoría de las cosas que pienso las callo y punto. “El destino del hombre es morir incomprendido”, escribió Goethe.  En una sociedad donde todo el mundo mira televisión, es mejor comportarse discretamente. Sirvan, pues, estas palabras al presidente boliviano quien acaba de afirmar que “por culpa de las novelas las personas se meten los cuernos”, es decir, son infieles.
     En efecto, durante la inauguración de un encuentro nacional de seguridad ciudadana, en Santa Cruz, el mandatario cocacolero, entre tantos disparates, afirmó: "Estoy seguro en un 60/70% de que si hay divorcio es por culpa de las novelas", y agregó, para no resultar impreciso: "por su culpa, hombres y mujeres nos ponemos cuernos” (sic).
     Otra de las frases más tiernamente estúpidas:  “En las comunidades campesinas cuando hay pobreza, hay mucha solidaridad y mucha protección, mientras que en las ciudades cambia este tema". Creo que Morales tiene un concepto un poco “exaltado” de la pobreza; en rigor, parece cierto aquello de que hay gobernantes que quieren tanto a los pobres que por ello mismo los multiplican. Lo que en realidad quieren (tómese nota) es que haya solidaridad y protección; la pobreza sería tan sólo un medio para conseguir el objetivo.
     Bien. América latina va bien. Así va bien encaminada, con gente como Morales.
     Lo que en realidad está terriblemente mal es que gente tan básica, simple y empedernidamente ignorante permanezca en los más altos estrados gubernamentales. No está mal que Morales piense que por culpa de las novelas “la gente se mete los cuernos”; al contrario, me parece bien que haya gente que piense así. Me parece terrible, sin embargo, que un presidente piense así, y encima con esa misma retórica. Dejemos que el pobre piense así, total… rodeado como está – según Morales – de solidaridad y protección, ya tiene resuelto su destino y no necesita andarse con refinamientos oratorios.
     Pero hay otra parte de la sociedad (acaso también pobre económicamente en buena parte) que la única solidaridad y protección que encuentra es la que tiene para dar, para darle a su familia y a su entorno, y que lo único que precisa es un país donde haya trabajo y respeto, más allá de una clase dirigente seria y operativa (y que, por supuesto, no mire telenovelas, no al menos las que mira Morales).


Furcio presidencial

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"Quiero decirles que los argentinos nunca creímos en los puntos finales, ni en los derechos humanos, ni mucho menos en los derechos soberanos de nuestras Islas Malvinas".

Así mismo se refirió, en un acto en Misiones, nuestra presidente con respecto a la negativa del primer ministro británico a negociar en torno a las islas.


Perdón... pero, ¿no es el furcio del año? 


La misma presidente dice que "no cree en los derechos soberanos de nuestras Islas Malvinas". También alega (¡justamente ella!), que tampoco creemos en los "derechos humanos" (y a juzgar por su tuerta militancia al respecto, mucho no debe creer). Lo más lindo de todo, es que ella misma califica de "mediocre" y "estúpido" al gobierno británico.

Por querer meter cizaña ("no creemos en 'puntos finales'", en clara alusión al Proceso de Reorganización Nacional), le salió el tiro por la culata.

Y bueno... un error lo tiene cualquiera. Espero una pronta retractación.

El colmo de los colmos: premian a Bonafini

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ESTOY... SIN PALABRAS. Oscuras voluntades de mi país procuran atentar contra el difícil aliento que aún tenemos los argentinos.
     Quien tomara por hipérbole aquello de que "el marxismo prontamente mostrará sus garras" ha pecado de ingenuo, de tonto ingenuo.
     Y yo era de los que creía que faltaba poco, muy poquito, para que el dictamen de la Justicia hiciera estremecer el suelo sobre el que pisan unos cuántos corruptos. Cuando más cerca estábamos de que fueran a desenmascarar a Hebe de Bonafini y su inmundo entorno, resulta que la Facultad de Periodismo de la Plata premiará a la presidente de Madres de Plaza de Mayo con la distinción "Rodolfo Walsh".
     Parece broma: de un terrorista, para otra terrorista.
     Así se detalla:

En el marco de la polémica que se generó en torno a la situación que atraviesa la Asociación Madres de Plaza de Mayo por las acusaciones de desvío de fondos que vinculan a su ex apoderado Sergio Schoklender, la UNLP entregará el viernes a las 16:30 el premio en la sede del Bosque, ubicada en Diagonal 113 y 63, de La Plata.

En el sitio de internet de la unidad académica informaron que el premio estará encuadrado en la categoría Comunicación y Derechos Humanos y resaltaron que entre los fundamentos "se reconoce la labor de las Madres en cuanto a las actividades que llevan a cabo relacionadas con la comunicación".
 

     No es la primera vez que la Facultad de Periodismo de la Plata sorprende por sus desopilantes premiaciones. Hace poco el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se llevó la misma distinción. Perdón... pero (¡qué ridículo!), ¿cuál es la periodicidad de este premio? ¿Cada cuánto lo entregan? ¿Cada vez que tienen que limpiarle la cara a un corrupto?
     No tengo palabras. Creo que es un soberbio insulto para todos los argentinos, incluso para ellos mismos. ¿Acaso los responsables de este "premio" no tienen hijos? ¿Acaso no se han puesto a pensar un poco el país de porquería que les están legando a sus vástagos? ¿No son conscientes, al menos, de la gravedad que todo esto conlleva?
     Por infinitas razones Hebe de Bonafini no puede ser premiada con nada, menos cuando se está discutiendo su responsabilidad al respecto del despilfarro de dinero que ha protagonizado con FONDOS PÚBLICOS. Ha ocasionado vergüenza su desenvolvimiento último: primero, respaldando al parricida de Schoklender; luego - al ser consultada por la prensa sobre el distanciamiento del último de Madres de Plaza de Mayo - excusándose cobardemente con una respuesta 'categórica' ("No quiero hablar de puteríos"); por si esto fuera poco, inmediatamente se vería obligada a "limpiarse las manos" en un asunto que la involucra sí o sí, reprochándole a su 'hijo adoptivo' que, más allá de todo, "sigue teniendo alma de empresario"; por último - resumiendo - presenta una denuncia a la Justicia donde lo acusa de "robarse documentación" y de haberla estafado (lo hace para desprenderse de la causa en la que ella ES RESPONSABLE). De norte a sur fue la doña; toda una especialista del engaño.
     Se trata de una mujer cuyos hijos desaparecidos (por terroristas) siguen figurando en el padrón electoral. Una persona que festejó abiertamente el 11 de Septiembre. Una insensata que le deseó la muerte al Papa y que incluso, después de muerto, lo vaticinó "ardiendo en el infierno". Una guaranga que por cada dos palabras escupe tres groserías. Una imbécil que clama por los derechos humanos de las supuestas víctimas de algún supuesto terrorismo de Estado, mas absolutamente nada dice de las víctimas que resultaron de los ataques terroristas de sus propios hijos. Una descarada. Una mentirosa. Una innombrable. Una corrupta por cuya responsabilidad ha devastado todo principio de altura moral de la organización que preside. Una verdadera vergüenza para el país.
     Repasemos un poco las frases más ilustrativas de esta señora con poco de ilustrada:

“Yo estaba con mi hija en Cuba y me alegré mucho cuando escuché la noticia (de las voladuras de las Torres Gemelas). No voy a ser hipócrita con este tema: no me dolió para nada el atentado”;

"Qué pena que no estén los FAL, las armas con las que nuestros hijos quisieron hacer la revolución. Si el museo no va a mostrar cómo fue esa organización revolucionaria, las luchas que se libraron, los hechos que se realizaron, no sirve";

"Estamos con los compañeros de las FARC, estamos con Chávez, estamos con nuestro presidente Néstor. Uribe
(ex presidente de Colombia) es una mie... y un hijo de p...";

"¡Váyanse de nuestra plaza, bolitas hijos de p...! ¡Váyanse bolivianos de mie...!".


     Y resulta que la Facultad de Periodismo la premia con la distinción "Rodolfo Walsh" (otro terrorista), por sus "logros en comunicación". Una pregunta... ¿qué tiene de "periodismo" esa facultad?

     Y otra pregunta. Argentinos, ¿hasta cuándo vamos a seguir soportando?

     La noticia en cuestión la pueden hallar en: CLIC AQUÍ

Les guste o no... ¡Héroe de Malvinas, por siempre!

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TENGO ALGO PARA decir, y lo creo firmemente: Argentina está paciendo otra vez síntonas inocultables de terrorismo. Terrorismo no es solamente poner una bomba y descuartizar personas, es también obrar en pos de desestabilizar sistemáticamente un Estado mediante la alteración y/o adulteración de códigos, normas y postulados morales. Ya bastante rimbombante degeneración venimos tolerando los argentinos bien nacidos, pero lo que sigue es - sencillamente - intolerable  mire por donde se lo mire.

     Acaban de insultar la memoria de un Héroe de Malvinas, y por lo tanto, yo mismo también me siento insultado de la misma forma en que todo argentino de bien ha de sentirse. A instancia de organizaciones llamadas de "Derechos Humanos", el Consejo Deliberante de Mar del Plata debió retirar del recinto una foto del Capitán Pedro Giachino, el primer argentino caído en la Guerra de Malvinas. Según las mencionadas organizaciones, se le adjudica al condecorado héroe "haber participado en la represión" durante el Proceso de Reorganización Nacional.

     Y creo que la culpa es nuestra: nos excedimos en nuestra paciencia. Valdrá la pena consignar, probablemente, que en tiempos de la guerra contra la subversión, la palabra "represión" acaso muy otras connotaciones poseyó con respecto a las actuales. En la guerra se lucha por la propia sobrevivencia ciertamente amenazada por el accionar del enemigo; más aún en una "guerra asimétrica", como la que llevaron adelante ERP y Montoneros, donde no era posible por parte de nuestras Fuerzas Armadas prever o calcular el lugar, horario y forma del imprevisto ataque terrorista. Incluso la misma "desaparición" de subversivos se adscribe como un término plenamente entendible y tolerable en tanto se viva un contexto de profunda beligerancia, consignándose lo mismo precisamente como una técnica de combate. En fin, en toda guerra hay prisioneros, y nadie chilla.

     Como alguna vez diría el mismo Brigadier Juan Manuel de Rosas, juzgar el trabajo de un soldado durante una guerra con un juicio propio de tiempos de paz es, acaso, una proposición tan errada como eminentemente engañosa. Es, pues, una acción terrorista.

     Incalculablemente terrorista, toda vez que esas mismas organizaciones de "Derechos Humanos" nada jamás han dicho al respecto de la innumerable cantidad de veces que han homenajeado e incluso indemnizado a los mismos terroristas que más de treinta años atrás declararon la guerra a nuestra Patria. El mismo Roberto Santucho, cabeza del ERP, es hoy recordado como una “víctima” en el “Paredón de la Memoria”, en Buenos Aires. El mismo Rodolfo Walsh es recordado por “víctima” y hasta por “héroe”, en completa desconsideración de sus demostrados vínculos terroristas como de su misma acción terrorista luego de ser “adiestrado” en Cuba misma.

     Y los argentinos, toleramos.

     Y resulta que ahora, por si fuera poco, insultan la memoria de un soldado que ofrendó su vida en pos de que los argentinos tengamos bien en alto nuestro orgullo de Nación Soberana; de un soldado – el primero en morir en suelo malvinense – cuya alma aún sigue librando batalla para que los argentinos nunca nos distraigamos de aquel destino inexorable que nos instituye como pueblo, como república, como Estado, como Nación y como ARGENTINOS; de un soldado – el Capitán Pedro Giachino – que no sólo es héroe por su labor en el exterminio de los terroristas que asolaron nuestra Patria sino que también lo es por haber llevado el latir de su corazón guerrero donde la prepotencia británica nos daba por muertos.

     Argentinos, en lo que a mí respecta… hasta aquí llega mi paciencia. Por lo tanto, considero que  todo medio acaso será viable siempre que pretenda neutralizar el foco terrorista que obscenamente se gesta en nuestro país y amenaza el transcurrir futuro de las familias argentinas.

     HOY MÁS QUE NUNCA, CAPITÁN PEDRO GIACHINO, NECESITAMOS DE TU CORAJE Y VALENTÍA. NADA ENSUCIA TU RECUERDO NI OPACA TU HEROICO DESEMPEÑO. ¡SOLDADO, EN ALTO ESA FRENTE, BIEN APRETADO ESE PUÑO…!

     ¡SOLDADO, NO PEDIRÁS PERDÓN POR DEFENDER TU PATRIA!

 

Malparidos, nosotros...

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Linconl decía que "hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios".

Qué otra cosa nos puede venir a la cabeza cuando resulta que el Canciller Timerman ha dicho que "hay que ser muy malparidos para no estar a favor de Hebe" (http://www.infobae.com/notas/586853-Timerman-Hay-que-ser-muy-malparido-para-no-estar-a-favor-de-Bonafini.html).

Una pregunta: ¿estar a favor... de qué?

Acorralada por las evidencias, Bonafini ayer dijo que "lo que necesitamos es el amor, el cariño, el abrazo, el beso, que es con lo que uno vive. No la plata". Sentidas palabras de una persona que deseó la muerte del Papa Juan Pablo II, que festejó el ataque a las Torres Gemelas y que alentó a empuñar las armas que dejaron "nuestros" hijos.

En algo es honesta 'la' Hebe: no le importa la plata. Tanto así que le importó muy poco lo que se hizo con la millonada de dólares que el kirchnerismo robó al pueblo para dárselo a la "fundación" administrada por un parricida.

Al Canciller Timerman, entonces, otra vez le pregunto: ¿estar a favor... de qué?
Dios Mío, "manda una ola y que se los lleve a todos" estos sucios, corruptos y mentirosos...


Otro manotazo de ahogado: Madres "anti-Madres"

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Ahora resulta que "hay otra versión" de Madres, las "Madres Línea Fundadora" cuya presidente es una tal Nora Cortiñas, quien se distancia enormemente de la empresa a cargo de Hebe Bonafini. "No hemos tenido ni tenemos relación alguna con Madres de Plaza de Mayo, aunque compartamos un mismo dolor", consigna La Nación que habría dicho la mujer.

Es cierto que hay un resguardo general por parte de la prensa a la hora de referirse a Bonafini y su entorno. Parece mentira, pero muy pocos se atreven DE VERDAD a hablar mal de una mujer cuyos hijos desaparecidos figuran en el padrón electoral, que reivindica el terrorismo, que celebró las voladuras de las Torres Gemelas y cuyo "hijo adoptivo" - ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo - pronto  volverá a la cárcel por el más resonante caso de corrupción en lo que va del 2011 (vivir como un faraón gracias al dinero de fondos públicos).

Imposible precisar con rigor por qué la prensa argentina, empero, la tiene a Bonafini y a su empresa en la más alta consideración. Yo no sé si los periodistas de este país son infames o simplemente idiotas.

Pero no se puede tapar el son con un dedo. El manejo espurio de "Madres de Plaza de Mayo" está saliendo a la luz y el que no lo ve, es porque NO QUIERE VERLO. Y ahora resulta que la prensa se encarga de anunciar la existencia de "Madres Línea Fundadora", supuesta fundación que estaría a salvo de cuestionamientos pero que nunca tuvo siquiera el 5 % de la prensa gratis de Bonafini y Carloto.

Una pregunta, entonces: ¿no será que ante el inminente ocaso al que se ven conminados Bonafini y todo su vetusto repertorio, inmediatamente se está procurando por la preeminencia de una "nueva" fundación con otras "Madres" - supuestamente honestas - para reanudar desde otro flanco la misma historia de mitos, mentiras, encubrimiento de terroristas y - de paso - adquisición de fondos públicos?


Notas relacionadas:

Entrevista radial a DAVID REY

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Esta vez, el entrevistado FUI YO.

Manuel Matassa, de "SERENA RADIO" (www.serenaradio.com, la primer radio on-line de Rosario), me invitó a formar parte del programa "Solo Por Esta Noche", que se emite todos los miércoles de 22 a 00 hs.

Hablamos de periodismo, literatura, víctimas del terrorismo y algunas cosas más.

Aprovecho para agradecerle a Manuel Matassa la atención de haberme tenido presente a la hora de completar el programa "Solo Por Esta Noche".

A continuación, subscribo los principales fragmentos de la charla.


La excusa perfecta de Binner

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EL GOBERNADOR DE Santa Fe, Hermes Binner, ha condicionado a Ricardo Alfonsín a que eligiera entre él o De Narváez para un futuro acuerdo electoral, poniendo de esta manera en grave riesgo una alianza entre la UCR y el Socialismo de cara a las futuras elecciones nacionales. Una sola explicación por parte del santafesino: “hay sumas que restan”.
     Llama la atención que un "paladín de la democracia", como es el señor Binner en su carácter de referente socialista, anteponga una mera cuestión personal o partidista a lo que de hecho vendría a significar un entendimiento potencialmente provechoso para millones de argentinos.
     En realidad, lo que debiera hacer el santafesino es blanquear las razones intrínsecas que hacen a su negativa de formar parte de un mismo frente con el colombiano. No es difícil darse cuenta que De Nárvaez le viene al dedillo a Binner para contar con una excusa "romántica" que le permita evitar el íntimo "bochorno" de verse "secundando" a Alfonsín. Desde ya que un referente de su talla ha de sentirse más que autorizado para que la fórmula sea "Binner-Alfonsín" y no "Alfonsín-Binner". Por cierto que al líder radical podríamos reprocharle la discreta prepotencia con que se adscribió a la cabeza sin jamás haber ofrecido la oportunidad sincera de "secundar" al socialista. En fin, una forma mucho más elegante de mostrar la hilacha tal cual lo hicieron Duhalde y Saá en el Peronismo Federal.

     Podríamos decir que Hermes Binner no es un mandatario que se haya granjeado un diez en su gestión (cosa honestamente difícil luego de toda una saga de gobiernos peronistas en la provincia de Santa Fe); pero quiérase o no, es un tipo inteligente, y que además – en consecuencia – aspira a lo grande. El gobernador Binner es un hombre de izquierda que ha tenido muy buena cintura para no espantar el mundillo empresarial de la provincia, tanto así que irónicamente suele tildársele de haber fomentado un “socialismo de derecha”. Como toda gestión socialista, sus logros no se resumen tanto en hechos como en trabajar inteligentemente la psicología de las masas. Con el asunto del Puerto de la Música (una obra faraónica por hacerse al estilo de la Ópera de Sidney) ha emprendido una lucha titánica que si no la gana, tampoco la pierde, ya que mientras que por un lado rechaza debatir sobre ciertas irregularidades que denuncia la oposición, por el otro responsabiliza al Estado Nacional de evitar el comienzo de la construcción. Mientras tanto, la misma indolencia de siempre en infinidad de pueblos de la provincia que aún carecen de rutas decentes, agua potable, red cloacal y gas natural (reproche que deberá compartir con las gestiones que le antecedieron, por supuesto). En materia de inseguridad (Rosario está invivible, Santa Fe Capital tiene peor estadística de homicidios que cualquier otra ciudad argentina, y la delincuencia armada ya forma parte del paisaje de los pueblos) seré conciso e ilustrativo: Binner es socialista.
     Así y todo, aspira a lo grande. Quiere ser presidente. Ya ha batido el record de ser el primer gobernador socialista del país. Encima, por si le faltaba aliento, en las últimas elecciones santafesinas, “SU” candidato, Bonfatti, venció holgadamente no sólo a Giustiniani (su rival dentro del socialismo), sino que sacó muchos más votos que cualquiera de sus contendientes. ¿Qué quieren, pues? ¿Que un tipo así sea “secundón” de un tal Ricardo cuyo único mérito electoral consistió en mirar por televisión cómo sus rivales tiraban sus candidaturas por la ventana? Por otra parte, Binner acaso quedó muy alerta al respecto de lo que fue el fracaso galopante de la Alianza años atrás, cuyos principales referentes bien han hecho en desaparecer de la geografía política argentina (aunque algunos se hayan mimetizado). Sabe bien el santafesino de la enorme responsabilidad partidaria que él sólo encarna: si el día de mañana él se tiene que esconder debajo de la cama o irse en helicóptero, con él desaparece el bastión más serio de la izquierda de este país.
     Binner, pues, no quiere hacer papelones (no, al menos, aquellos imposibles de disimular). Les aseguro que el gobernador de Santa Fe está más que agradecido del noviazgo entre Alfonsín y De Narváez: le da la excusa perfecta para plantarle un NO categórico al desesperado y humillante pedido del radical porque complete su fórmula de cara a las próximas elecciones. Sus votantes seguirán honrando al hombre de izquierda que no se alía con “la derecha” y posiblemente haya una lista por otro lado en la que encabece una opción propia para el electorado argentino, como bien se lo tiene merecido.
     Y mientras tanto, millones de argentinos seguiremos escuchando la perorata de la tolerancia, el compañerismo y el trabajo en grupo, la importancia de los intereses nacionales por sobre las cuestiones personales y partidistas. Gracias a Binner, entonces, la derecha seguirá siendo un demonio execrable para muchos, y para otros muchos la izquierda (por más “derechosa” que parezca) es izquierda en fin y lo único que pretende es retrasar el estilo de vida humano a algo más o menos parecido a vivir en la Luna.
     Ojalá que alguien le de un toc-toc en la cabeza a Binner y le haga aceptar la propuesta de Alfonsín. Hacen falta opciones serias, comprometidas... y bueno: sacrificadas. Lo que importa no es que ganen las elecciones; lo verdaderamente lamentable es el mensaje DELEZNABLE que le están dando a millones de argentinos, aún sin estar al frente del país. Ojalá algún día vivamos en un país cuyos dirigentes se dejen de patrañas de derecha y de izquierda y se dediquen a hacer lo que más está haciendo falta: gobernar.


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